Es un proyecto audiovisual de la fotógrafa y videoartista Pilar Mayorgas y del artista sonoro José Mª Pérez-Flor. En él se trata la cuestión del paisaje exterior e interior de Andalucía y los andaluces, del pasado rural en sus ciudades, periferias y caminos que recorren sus campos, unos espacios e iconografías que de la misma manera que en el Oeste americano se extingue, aunque su impronta en el alma de todos nosotros perdura a través de los tiempos. La memoria de muchos silencios, de grandes extensiones que expresan la dificultad del dominio de la tierra, de la necesidad del sometimiento de sus gentes para domar la aridez y las grandes extensiones de tierra.

Un paisaje de letreros grandes que se ven de lejos, de palabras parcas y fáciles, de pequeñas y sobrias viviendas. Esa comunicación existe aún en las lindes. La modernidad ha traído nuevas corrientes, pero que han corrido como dos ríos paralelos a veces sin tocarse. Topografías de un pasado y patrimonio que ha forjado una mirada visual y sonora que se hereda.

Nuestra intención es la de revalorizar la estética de su paisaje material e inmaterial realizando una primera aproximación, proyectándolo hacia el futuro para no sólo conservarlo sino resignificarlo desde el arte, el sonido y la imagen como cultura viva.

El aura que permanece en la ruina, es un escenario que como decía Walter Benjamín es “el lugar de los hechos, en busca siempre de indicios”. En la fotografía Benjamín, defendía un aura leve, quizá melancólica que se escapa a través de lo fotografiado por medio de su referente. Es ese eco de aura lo que hace cargar a la imagen de un anhelo y una nostalgia a la que le falta siempre alguna de sus partes. Siempre incompleta, no le queda otra opción que reberberar en el interior. La carencia, el deseo ante lo escaso, acaricia los sueños, el aura de la fotografía y la fonografía está siempre en el interior de nuestra imaginación. Un aura que como explicaba Benjamín no se sacia, y remite al ritual del arte en su génesis, a la estampa, a el recuerdo, a el vínculo eterno de la imagen con aquello que es fotografiado y grabado acústicamente.

Un Western Andaluz (Misión Lindes), trata de recoger todo esto en una pieza audiovisual con doble intención, la primera expositiva y cerrada con una pieza de una duración de unos veinte minutos aproximadamente. Y otra performativa en la que la duración es indeterminada y se convierte en un espectáculo dirigido al directo, en la que Pilar Mayorgas, como videoartista y José María Pérez-Flor como músico juegan con estas imágenes y sonidos recogidos y procesados en un espectáculo en vivo.